viernes, diciembre 09, 2005

Contraluz



© Carmen Medina

¡Ay!, si me concedieran unos ojos-Sol
y una manos-Lluvia
y una voz-Milagro
(cantabas el «duble», y la comba rozaba tus suelas)
¡ay!, llamarte magnolia
o llamarte rosa
o llamarte jara,
y que florecieras.



Vuelves de ese lugar que existe y que no existe -niña con vestido blanco-, en la luz que se descuelga entre el infinito y la nada, a conjugar el verbo de los días en pasado. Pero todo lo tornas bello, y bajo el cielo agolpado entre las ramas, por darte aquel capricho (rosas, magnolias, jaras), isócronas, mis lágrimas florecen en las tuyas.


indah

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

"Vuelves de ese lugar que existe y que no existe -niña con vestido blanco-, en la luz que se descuelga entre el infinito y la nada, a conjugar el verbo de los días en pasado"


comprenderás todo lo que me impactó.

1:01 a. m.

 

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