jueves, noviembre 10, 2005

Rastros

Recuesto mi cordura
en la luz que se refleja en los charcos,
y me sumerjo en ellos; rozo, sin remover, su fondo áspero, hosco.

Rastreo.

Busco una prueba, con una me conformo,
que me demuestre que soy de aquí,
de ese mundo repleto de animales fabulosos,
plantas gigantescas, selvas de cables y de antenas
y sonidos difusos, a veces repugnantes.

Hasta que el agua se escurre entre las grietas
(antes de que me salgan branquias). Entonces dejan de ser seguros,
más seguros que las manos que ocultan rostro y lágrimas:
nadie pisa los charcos con sus zapatos nuevos
ni con los viejos. Y regreso.

Regreso con un sabor efímero a vértigo y verdad
dejando rastros de mí,
(jirones), y apago la luz: aborrezco que el espejo me reconozca extraña
cuando huyo, bajo una eternidad de ojos estrellados,
del grito de los muertos que la habitan,
y ruedo hacia mí misma por esa línea en la que todo,
orden y caos, se confunde.
Sólo entonces escurro los míos, salpicados aún de agua estancada y lodo
(el amor vive en rincones soleados, me digo)
y proclamo mi individualidad
al tiempo que arrojo por la ventana mis estigmas.


indah

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

rastros construidos de hilos de agua y barro, de realidad y fantasia, de recuerdo y esperanzas

3:45 a. m.

 
Blogger Jacinta said...

indah! FABULOSO LO TUYO!! increíble, pude sentirme tan vos. ver lo que decribís y sentir lo que contás. me llevaste a otro lugar, a ese que guardás con recelo dentro de tí. te leí; te vi. husmee y navegu´por vos un ratito. FABULOSO. me fascinó de verdad.

un beso
siempre vos tan vos...
:)

2:32 a. m.

 

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