domingo, septiembre 18, 2005

Desvelos VI

(V...) Un segundo. ¡Tan sólo pido -necesito- un segundo! Lo justo, sólo lo justo para tener un mínimo apoyo, una breve constatación de que te amé y me amaste, y de que es posible sobrevivir, o bien sobremorir, a este desmayo,




¡Ay!, amor mío, ¿aún no has comprendido
que yo lo único que quiero es ser?
Ser,


VI





ser, en esta soledad para que aquí me encuentres cuando vuelvas; sobrevivir o bien sobremorir: al frío, a tu ausencia de meses o de años, y a la pregunta que me hago cada noche cuando no estás conmigo:

¿Quién? Quién pronuncia mi nombre, cuando adentrada en lo más hondo de mis sueños una voz me despierta y me los nombra. Quién medita por mí las consecuencias de no velar como debiera. Quién me vive en las incumplidas promesas de mis sueños. ¿Quién sin pedir permiso me conserva entre fragmentos olvidados de otros sueños? ¿Quién hace ofrenda de mí o de mi cuerpo a tan perversos dioses?

Tú no estás. ¡No estás, y yo no puedo! No puedo evitar sentirme, presenciarme: allí me veo, allí, inmóvil, con la mirada fija en ese punto en el que, entre terribles augurios de un destino incierto, se diluyó el último resquicio de realidad. Allí: un punto sin retorno en el que el terror da a luz al instinto, al desconcierto, al miedo irrefrenable; a la casi total locura.

¿O es que mi mente tiene vida propia y sabe pensar sin mí y por sí misma?

Es ésa, de todas las preguntas, la que más me inquieta, y la que más me angustia, y la que más me asusta; la que más pavor me produce. ¡Que no tengo miedo de otros, sino de mí! De mí, y de estos sueños que se encarnan y me quitan -o dan- visiones, pesadillas, deseos y traiciones, que sólo yo podría imaginar.

¡Ay, qué terrible es el desgobierno de las ideas! Qué terrible es este devenir a mí de un pensamiento férreamente cosido al centro de la oscuridad de la noche, descorriendo cerrojos, abriendo puertas y ventanas, franqueando el paso a los antiguos fantasmas de mi vida, tu vida, o de otras vidas. Son fantasmas sin tiempo que surgen de cualquier parte; que nos olfatean, persiguen, murmuran y difaman. Ahí están. ¡Están! Se mofan indecentes, deambulan, reptan entre las columnas que asistieron, vencidas, al hundimiento de Atlante, al nacimiento de Hércules, y nos esperan envueltos en los rasgados velos que cubrían las entradas de aquellos sacrílegos cenáculos.

Ellos nos dicen: ¡ven! cuando deberían decirnos ¡huye! Y nos sepultan entre salmos que jamás se escribieron. Y nos esperan ocultos entre los humerales, y en cuevas que no existen, y en las biografías de hombres que no tienen historia, o porque no han nacido, o porque ya murieron y no dejaron huella.

¡Ya no quiero saberlo!¡Ya me da igual quién sea! Lo único que quiero es, ¡despertar!



indah

6 Comments:

Blogger Mar said...

Yo seguía embelesada aquellos insomnios y quiero decirte, guajina hermosa, que estos Desvelos están cuidadísimos y me gustan más, mucho más que entonces.

""¡Ay!, amor mío, ¿aún no has comprendido
que yo lo único que quiero es ser?
Ser,""

Esto, queridiña, lo comprenden muy pocos. Si sabré yo de querer ser y no poder :´(

Besos emocionados y admirados.
Mar

11:47 a. m.

 
Blogger Jacinta said...

Vos querés despertar y yo quiro dormir. pero dormir sin tormentos.

conosco un tantito de lo que hablás. más que un tantito diría yo. los he padecido y "disfrutado" simultáneamente durante un muy largo pedíodo de mi vida.

y concuerdo con Mar en el fragmento que extrajo: "¡Ay!, amor mío, ¿aún no has..."
yo también quice ser. SER. nada más que eso.

te mando un beso...
muy bueno lo tuyo...
muy expresivo, se puede vivir en tu desvelo...

:)

12:54 p. m.

 
Blogger UMA said...

Y yo entro y entro y vivo tus desvelos sin que me salga palabra alguna, comento y borro el comennt...

Me salen mil cosas que sè que sobran, asì que mejor, te dejo un besazo, nè y como siempre te digo: impresiona "tu forma", un placer.
Te leo, ya sabès:)

2:10 p. m.

 
Blogger indah said...

Es curioso, éstos no tienen nada que ver con los otros, Mar, pero tú me conoces y yo me conozco :)

Sinceramente creo que necesitan un repaso. Todo lo que escribo, incluso lo que he escrito mucho antes, incluso lo que escribí y rompí hace tiempo, incluso lo que escribiera hoy :)) necesita un repaso. A veces pienso que mejor sería que... bah. En fin, que no tengo ganas de corregir.
Mierd** de letras :)))))

8:54 p. m.

 
Blogger indah said...

Cuando leo que sabéis de qué hablo, suspiro. Es un alivio pensar que los seres humanos sentimos muy parecido y sufrimos muy parecido. Me apena, eso sí, darme cuenta de lo sencillo que es hacer feliz a otro, y que otro nos haga felices. Es tan sencillo, tanto, que no nos lo creemos y lo complicamos muchísimo. Una hoja de árbol que oculta una sonrisa, una caricia escondida en una flor robada en el jardín público, aunque esté pachucha, el tono de la voz. Un te quiero, aunque como dijo poliédrica suene posesivo, pero un "te quiero" a tiempo, hace milagros. Y valorarnos en todo lo que valemos, por supuesto que también, y aceptar al otro como es. Y luego de aceptarlo coger sus brazos, hacer que nos rodeen levantar su barbilla, mirarlo a los ojos y que nos mire... y sonreírle, y decir: abrázame. Cerrar los ojos, y confiar.

Cuídate né. Mucho. Mucho :)

9:03 p. m.

 
Blogger indah said...

Ah, uma, tantas veces veo tus fotografías o leo tus textos y no sé qué decir. Mi güeli decía siempre -cuando mi abuelo protestaba- "mejor que sobre a que falte" :) Bueno, no tiene nada que ver, pero encanta recordar cosas de cuando era pequeñina, espero que me perdones que aproveche la ocasión. Como tu abuela, mis abuelos son importante para mí, mucho. Lo fueron cuando era niña, lo son ahora -incluso los que ya no están, aunque nunca pienso que me faltan- yo soy menos niña, pero los entiendo más :)

9:13 p. m.

 

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