viernes, agosto 26, 2005

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Haciendo una lista de personajes secundarios de "Crónica de una muerte anunciada". Bueno, la he comparado con otras que he visto hace un rato en Internet y la verdad es que había olvidado alguno -la última que he encontrado es la más completa- pero mejor... prosigo, la necesitaba una amiga que no piensa leer la novela, eso me ha dicho sin mover un solo músculo de su cara (dura) para su hermana que tampoco piensa leer la novela. Bueno, los exámenes están ahí, y ayer a la hora de la comida me pillaron de improviso pues, aunque yo discretamente me callé y me lié con el postre, siempre hay alguien que tiene la genial idea de preguntarte:
-Tú la has leído ¿no?
Asentí porque como ya he dicho me estaba tomando el postre y está feo hablar con la boca llena.
-¿Y es una novela buena?
Asentí, porque lo es, y por la misma razón: ya tenía otro cachito de melón en la boca.
-¿Y tú no podrías hacer la lista y un resumen cortito del libro?
Prometo que me iba a negar pero, de reojo, vi, clavadas en mí, miradas que me son muy familiares y.... asentí. Le den morcillas a la niña, pensé, si aprueba mejor para ella.

Pero todo esto no tiene nada que ver con lo que yo quería decir. Bueno, sí. En realidad no lo sé. Esto es un diario, ¿no?, pues esto sería lo que yo escribiera en mi diario si alguna vez hubiera escrito algo más que un: "Hola diario"

Lista de personajes secundarios de "Crónica de una muerte anunciada"

1.- Plácida Linero - Madre de Santiago.
2.- Ángela Vicario - Mujer de Bayardo San Román - Prima del narrador.
3.- Ibrahim Nasar - Padre de Santiago.
(...)
50- Argémida Lanao - Mujer de Poncho Lanao.
51.- Wenefrida Márquez - Tía de Gabriel García Márquez, vive al lado de Santiago Nasar.

Como veis son cincuenta y un personajes secundarios y tres principales, bueno, en mi opinión: Santiago Nasar, Bayardo San Román y Ángela Vicario... caray. Bien, pues no sé porqué extraña asociación de ideas –anoche, cuando terminé de hacer mi lista, recordé un párrafo de "El amor en los tiempos del cólera", párrafo que paso a copiar más que nada por si algún psiquiatra (sonrisa), en realidad no sé por qué me río, es más que posible que alguno lea esta libretilla, e incluso se atreva a diagnosticar que tipo de locura me hizo relacionar una cosa con otra:

"-Esto es pecado quemarlo –decía-, con tanta gente que no tiene ni que comer.
Así que la quemazón se aplazaba, se aplazó siempre, y las cosas no hacían sino cambiar de lugar, de sus sitios de privilegio a las antiguas caballerizas transformadas en depósito de saldos, mientras los espacios liberados, tal como él lo decía, empezaban a llenarse de nuevos , a bordarse de cosas que vivían un instante y se iban a morir en los roperos: hasta la siguiente quemazón. Ella decía: «habría que inventar qué se hace con las cosas que no sirven para nada pero que tampoco se pueden botar». Así era: la aterrorizaba la voracidad con que los objetos iban invadiendo los espacios de vivir, desplazando a los humanos, arrinconándolos, hasta que Fermina Daza los ponía donde no se vieran. Pues no era tan ordenada como se creía, sino que tenía un método propio y desesperado para desaparecerlo: escondía el desorden. El día que murió Juvenal Urbino tuvieron que desocupar la mitad del estudio y amontonar las cosas en los dormitorios para tener un espacio donde velarlo.
El paso de la muerte por la casa dejó la solución. Una vez que quemó la ropa del marido, Fermina Daza se dio cuenta de que el pulso no le había temblado, y con el mismo impulso siguió prendiendo la hoguera cada cierto tiempo, echándole todo, lo viejo y lo nuevo, sin pensar en la envidia de los ricos ni en la retaliación de los pobres que se morían de hambre. Por último, hizo cortar de raíz el palo de mango hasta que no quedó ningún vestigio de la desgracia, y regaló el loro vivo al nuevo Museo de la Ciudad. Sólo entonces respiró a su gusto en una casa como siempre la había soñado: amplia, fácil y suya"

Me dormí pensando que después de releer el párrafo, hasta yo me parecía razonable al pensar que cuando Juvenal Urbino comete la imprudencia de pillar al loro, en ese mismo instante, quien durante años y por su profesión ha luchado contra ella, la ha tratado de tú, la ha manoseado del derecho y del revés, asume por primera vez su muerte.

Recordé haber leído en algún sitio que "nada se parece tanto a una persona como la forma de su muerte", pero a mí me parece que en ese caso, ninguna muerte podía parecerse a Urbino, a quien gustaba decir que aquel amor por Fermina había sido el fruto de una equivocación clínica. Ella, más sincera, el joven médico de quien tanto había oído hablar a propósito del cólera le pareció un ser incapaz de querer a nadie distinto de sí mismo. Así todo, con él se casó y tuvo hijos. Y se creyó elegida del destino y la más feliz. Probablemente, a pesar de todo, hubiera vuelto a preferir a su marido entre todos los hombres del mundo si hubiera tenido que escoger otra vez.

He soñado que yo, cual Fermina Daza, quemaba en la hoguera a todos los personajes que García Márquez (incluídos los tropecientos de "Cien años de soledad"), y he soñado (mezclando lecturas, claro) que encontraban vivas –pero muertas- a mi amiga y a su hermana, tal y como encontraron al amigo del protagonista de un cuento de Javier Marias que se titula "Sangre de lanza". Tranquilos, me lo prestaron y lamento (ya me imagino que vosotros no :)), no recordar el cuento lo suficientemente bien como para transcribirlo de forma coherente: era un libro que se componía de doce cuentos y si tal y como suele ser mi costumbre, los lío... ¡madre mía!, os tendría que compadecer.

(En realidad, a los que hayáis llegado hasta este paréntesis, os lo agradezco tanto como os compadezco. Pero me siento orgullosa de vosotros, por eso cada noche agradezco a Dios tener tan magníficos amigos :)))

2 Comments:

Blogger UMA said...

Me extraña, nè, quien no llegarìa al final de tus poemas , ensayos o relatos?? no sòlo los buenos amigos, apuesto que mucha gente;)
El orgullo es para los que te leemos...

"nada se parece tanto a una persona como la forma de su muerte" me lo pienso, he visto muertes maravillosas y "no muertes" o "cuasi muertes" maravillosas tambièn;)
Un abrazo

2:46 p. m.

 
Blogger Jacinta said...

yo no le hubiera hecho el trabajo porque me hubiese gustado obligarla a cultivarse un poco, a pasear por los pasillos de la literatura latinoamericana que, para mí y esto es super subjetivo, es maravillosa. me FASCINA el realismomágico que, causalmente, es casi diría propio de laliteratura latinoamericana.

más megustó "Cien años de soledad" y lo fabuloso de sus personajes. así como tambien megustó "Pedro Páramo".
un beso...
:)

2:11 a. m.

 

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