Septiembre
Hubo un instante, instante
(tañían las campanas a gregoriano, a gótico)
capaz de contener aquel mudo escenario:
tú y yo,
la mar, el sol, nosotros, nuestro espacio,
y el arder sin arder,
enjaezado de azul, de las vidrieras.
Te cambio, me dijiste, mil años de antigüedad...
-y sonreías-
por un beso.
Mi corazón, entretenido en dirigir el ordenado
migrar de aves hacia África, se detuvo.
Y se detuvo el viento sorprendido:
mis manos le arrebataron sus blancas vestiduras, y con ellas,
cuando, izada por tus brazos mis tobillos rozaron las hortensias,
cubrí -tímidamente-
la preñez redonda, y avanzada, de la tierra.
indah
2 Comments:
ays Indah
quisiera saber sobre que poza te inclinas para beber estas letras que nos brindas. Gracias por compartirlas. Sabes que siempre me gustado beberte :))))
un sorbo ;D
9:00 p. m.
Debió ser realmente un lindo instante, lo describes con mucha pasión. A veces es necesario tenerla y eso me gusta.
3:30 a. m.
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