domingo, septiembre 04, 2005

Y ser vivido.




«Donde las manos juntan más desesperación
y se vuelven gigantescas como animales ilimitados»,
sin quererlo propicio tu porqué. Y callo.
Callo porque afuera la tarde se deshace en pétalos violetas
y su luz que atraviesa obstinada el cristal
me descubre todas las ausencias.

El sol me roza, se hunde en mi carne
y emerge y resurge en la espuma.
Porque toda mi sangre es ola cuando te amo, cuando me amas.
Agua roja volcada sobre tierra roja
hasta hacerse cauce, hasta hacerse río. Y luz y sombra.
Y nuestra vida -amándonos-. Nuestra vida: espalda contra viento.

Y sólo porque cae la niebla sobre la marisma
(cuando rodean mi piel desnuda brazaletes de besos
y pulseras de corales y arena adornan mis tobillos)
alborotadas -rosadas como garzas reales sus alas-,
levantan el vuelo las campanas

Ellas.
Las que lanzan mar adentro sus largas profecías.

Ellas.
Mientras aquí, donde todo parece gris, amor,
te espero oculta entre cortezas de árboles tan ancianos
que ya lo han visto todo, asomada al abismo de tu vida.


indah

2 Comments:

Blogger UMA said...

Delicado, delicioso, como siempre In, hermosìsimo.
Un placer leerte...y una "envidia sana" que me trae aquì, todos los dìas.
Besazo, nè.;))

1:55 p. m.

 
Blogger Mar said...

"Ellas.
Las que lanzan mar adentro sus largas profecías.

Ellas.
Mientras aquí, donde todo parece gris, amor,
te espero oculta entre cortezas de árboles tan ancianos
que ya lo han visto todo, asomada al abismo de tu vida".


Unidas en los abismos, amiga del alma, siento tu poema como si fuera mío.
Gracias por la ternura y por las manos tendidas.
:***

2:01 p. m.

 

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