Nada
(A Mar y su Habitada de Penumbras)
En la verdad (de la magia) respiran las palabras,
se entretejen,
celulosa de tinta, garra hormiga.
Y porque nadie está, no hay nadie:
sólo tú, sólo yo; y es que no tenemos nada más que lo que somos,
y el amor que serena y vuelve en sí.
Y la palabra.
¿Para qué más?
O sí. Quizá un Opus Treinta y tres
que no aplace los rumbos, los retornos;
y un estremecimiento de luna y organdí entre los dedos
(y la nieve suspendida entre las musarañas)
para sobrevivir sosegados en lo único nuestro:
nuestro aliento. Aunque naufrague.
indah
1 Comments:
Y aquí, ¿que puedo decir?
Incluso habla por si sóla la imagen que has escogido.
Sólo tú sabes interpretar mis silencios y ahora son aullidos.
En otro momento versionaría (de mala manera) tu poema, ahora no puedo. Pero lo guardo en mi corazón...
¡Jo, me has hecho llorar!!!
T.q.m.
1:50 p. m.
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