Sortería de amor
Qué soledad en blanco y negro,
y qué apetencia de lágrimas
se me han quedado perdidas en la arena
en esta tarde-noche de domingo.
Junto a ti, cerquita de la mar,
frente al sol que se resiste a naufragar en ella,
y que mientras juega al escondite con las olas,
la acaricia y se mece,
y besa, con un beso color naranja,
las húmedas ondas de su pelo.
Hay sortilegio en esta tarde de domingo:
sortilegio de amor y de caricias.
Y qué hechizo el de tus palabras
que todo lo aquietan cuando llegan,
y hasta parece que se detiene el mundo:
como tú, como yo,
como mi pensamiento que dormita tranquilo,
y sosegado ya, entre tus sueños.
Hasta que el sol, igual que un toro encelado
en el blanco capote de la luna,
responde a la llamada,
y en el apasionado abrazo de la noche
-tan largo como el nuestro-
se funden la mar, la luna, el sol y el cielo.
Sortilegio de amor.
Sortilegio de amor y de caricias. Sortilegios.
indah
2 Comments:
A veces, apetecemos de las lágrimas cuando el vacío ocupa el lugar del dolor.
Que sean abrazo húmedo de ola, por saladas.
Hermoso poema, indah.
Un beso
2:12 a. m.
Sí, a veces apetecemos lágrimas cuando el vacío ocupa el lugar del dolor. O del amor. No hemos sido creados para el vacío, sino para la llenura.
Y también, a veces apetecemos esas lágrimas porque somos incapaces de contener la felicidad.
Y es que, así somos.
Gracias.
indah
1:25 a. m.
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