lunes, agosto 15, 2005

Hablando del «susodicho»


El BANCO II
(Ensayo :)


(Continuación)


Me había quedado en que alguien tomó asiento a mi lado. Lo sé, lo sé, que alguien tome asiento a mi lado, no tiene nada de extraño, los bancos públicos son multipersonales porque dependiendo de su tamaño caben dos o más personas (cierto, algunas... de personas tienen poco), y cierto que los bancos domésticos -o propios- son para más de una persona, de lo contrario serían banquetas. Pues... ¡qué quiere que le diga: no me gusta! ¡Que alguien se siente a mi lado no me gusta nada!, siento como si invadiera mi espacio vital, como si se sentara encima del que hay reservado para mi aura. De acuerdo, podría recogerla y sentarla en mis rodillas, lo malo es que, eso, lo pienso cuando ella ya está protestando por tener encima, como mínimo, la mitad de unas posaderas ajenas.

Ahora que saben por qué no me gusta, pero ya ha ocurrido, veamos cómo solucionarlo. Si quieres resolver la situación de forma educada y correcta, es decir, sin pegarle un empellón o, ya puesto, hacer como, no sé... bueno, sí sé, por ejemplo: miras a la persona fijamente y dices: ahuuu, ahuuuu, uhhhh, uhhh, uhh, y como ella no se lo espera, pues se asusta, y tú, aprovechas el sublime momento de su respingo para rescatar tu aura. Yo no recomiendo hacerlo porque nunca se sabe qué puede ocurrir, y a lo peor te encuentras no solo con la mitad de sus posaderas encima de tu aura, sino con todo su cuerpecito gentil encima del tuyo mientras esperas que lleguen los del 091. Por tanto, lo normal es que digas, bueno es un suponer: por favor, ¿sería usted tan amable de levantarse un momentito? Es que, verá, yo sé que no ha sido a propósito, pero se ha sentado usted encima del borde de mi aura. Es posible que ante tu amable pregunta y explicación, no haya respuesta, sólo la expresión de medio sorpresa de quien se pregunta: ¿estaré quedándome sordo?, ¡he entendido aura en lugar de falda!, y ese «ni sí ni no» que adoptamos cuando alguien tiene que sacarnos alguna cosa de debajo (de las posaderas, quiero decir); vamos, ¡no me diga que no sabe a qué me refiero!, estoy segura de que sí lo sabe, lo que ocurre es que, seguramente, no se ha parado a pensarlo porque nunca se ha sentado en un bien público, o en un bien publico encima del aura de otro. No importa, yo se lo recuerdo: hay que adoptar una postura que es el vivo reflejo del «ni sí ni no» porque ni estás de pie ni no estás sentado.

A mí, semejante postura me hace admirar a la maquinita que tenemos para controlar nuestros músculos, ¡qué rápida y eficiente es! Estar en pie, andando, acostado o sentado es algo que hacemos con tanta frecuencia que con unas cuantas repeticiones, controla muy bien, pero la postura de «ni sí ni no» es poco habitual. Nadie va por la calle, o está en su casa, con las piernas flexionadas, las rodillas al frente un palmo -más o menos- por delante de los pies, el traserillo a un palmo -más o menos- del asiento, y cuatro palmos por detrás de los talones (bueno, eso depende del traserillo, todo hay que decirlo), y la espalda formando un ángulo de cuarenta y cinco grados con los muslos, al tiempo que hace equilibrios para no acabar con el 'susodicho', no ya sobre el banco -que sería lo de menos-, sino sobre el suelo: eso, además de doler, supone hacer el ridículo, es decir, que salvo por un «por favor» o porque nos hemos sentado encima del mando a distancia de la tele -o de nuestro mejor abrigo-, no solemos adoptar esa postura.

¡Y ya me he ido por los cerros de Úbeda! En fin, volviendo desde los cerros a lo que me preocupaba, y dando por sentado el traserillo propio, el ajeno, y sus respectivas auras, pueden suceder varias cosas. Pero yo, como no quiero cansarle, sólo me voy a detener un poco en una de ellas:


y eso... será mañana ¡si Dios quiere! :)).


indah

1 Comments:

Blogger UMA said...

Lo bueno de vivir "del otro lado", es que te levantàs antes que yo y puedo desayunarme al levantarme, con lo que espero desde que estàs durmiendo;))jaja!

Lo tuyo es IM-PER-DI-BLE! Me hace reìr mucho el Ensayo...y falta menos para tu "mañana si Dios quiere";)
Ahora, no me gusta sentarme en los bancos pùblicos...estàn demasiado sucios u ocupados siempre...
Prefiero las caminatas al aire libre o sentarme en la arena, en mis playas...màs con eso del borde del aura...no lo habìa pensado de esa forma y vaya que tenès razòn, nè!
Un besazo, gracias al cielo tengo paciencia...eso le dà un gustito diferente, degustarè todo el dìa la segunda parte y estarè preparada para las que vienen!
PD: Eso de "susodicho" me encantò!;))me gusta cuande te reìs, te lo dije ya unas cuantas veces.
Un abrazo.

6:20 p. m.

 

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