sábado, julio 02, 2005

indah

Porque una existencia incompleta es, a veces, suficiente

Las luces del ocaso alargan las sombras
alabean los sueños, los ciñen a tierra,
amalgaman recuerdos con antiguas mentiras
que describen su órbita más allá de lo mítico.

Seguro que serás sólo una mujer corriente
probable será que no te distingas
si te quedas callada,
si tan sólo eres blanca.

Pero si yo fuera tu “trasgu”
no ordenaría tu casa
ni barrería tu porche
ni te espiaría en la ducha,
buscaría en tus libros esa savia de vida
que muchos buscamos
y algunos encuentran.

Extraños consuelos llegan de tu orilla
como pecios de roble
como jirones de aúricas
como náufragos muertos
aunque ahora respiran.

No puedo olvidar lo soñado
porque a fuerza de sueños
se me ahorma la vida
porque sueños de fuerza
me dejaron desierto
porque sueños forzados
afilaron mis nervios.

Imagino tu mente apostada en la playa
sintiendo la arena labrando en las dunas
aguardando la luna sobre la cañada
recogiendo el rocío en tacitas de plata
concentrando tu afán en la buida blancura
de esas cartas –vitales-
que no escribirás nunca.

2 Comments:

Blogger indah said...

Tienes razón: concentro todo mi afán en la buida blancura de esas cartas –vitales- que, seguramente, no escribiré nunca. Pero, por si acaso, tú comprueba siempre los anversos. A veces, cuando encuentro alguna "carilla" en blanco, paso con mucho cuidadito mis dedos por la superficie. Una vez creí encontrar en su sutil superficie "vital", rastros muy claros de un alfabeto desconocido, o quizá fuese un lenguaje completo. Pero o no supe o aún no estaba preparada para descifrarlo :)

Gracias, Carz. Gracias.

9:15 p. m.

 
Blogger Carz said...

Los rastros claros... qué traidores son. Uno puede pasarse la vida esperando a que se materialice un rastro claro....
Como decía Chejoff (ahora con la nueva trascripción fonética Chejov): «vivid ahora, el destino perdonará que sacrifiquéis el futuro por el presente. ¡Comenzad a vivir!»
(más o menos, lo cito de memoria)
Y, aunque hay verdades más evidentes, aún no encontré ninguna más digna de ser cierta, aunque no lo sea…

Pero de ahora en adelante, afinaré las yemas de mis dedos para rastrear las «carillas» en blanco y los anversos.

2:00 p. m.

 

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