jueves, octubre 02, 2008

«Yarak» (*)



Voy a quemar despacio:
el deseo
el sostenido equilibrio de tu voz
tu forma de quererme
las sombras
el enigma
y mi vestido de gala
en el árido espacio de la intemperie de tu cuerpo

también lo inevitable:
la mentira
lo vano
lo que ofende
la insolencia
las miradas vagas
los desiertos reales
los cambios de estaciones
y mi propia conciencia
que me advierte
de que podría prolongar esta enumeración hasta mañana.

Sin fiador ya: salvaje, libre,
volaré en pos de los pájaros heridos de mis sueños.
Hasta que vuelva a existir.
Hasta que vuelva a estar
a ser
a respirar.
Hasta que de nuevo te encuentre y me recoja.
Hasta que te dé nombre.
Hasta que te nombre.
Hasta que, otra vez, te evoque como un credo.

indah



*Yarak: palabra de origen indio. "Se dice que un azor está en «yarak» cuando se encuentra óptimamente templado para la caza".